Dinamarca,  Viajes

Dinamarca: Selandia y Copenhague en 4 días

Después del post de: Antes de viajar a Dinamarca, ahora nos ponemos con la ruta que hicimos en 4 días por Dinamarca, eligiendo como destinos: la isla de Selandia, la isla de Møn, Copenhague y una pequeña visita a Malmö en Suecia.

Este viaje lo hicimos durante la Semana Santa de 2019, saliendo el día 16 de abril y volviendo el 20. El 16 fue tan solo día de viaje puesto que llegábamos al aeropuerto a las 20 horas, por eso la ruta está organizada para 4 días prácticamente enteros, ya que la vuelta, el día 20, la teníamos a las 20:20 horas.

Como ya dije en el post de los preparativos, en el que está todo mucho más extensamente explicado, salíamos y volvíamos por Valencia y allí en Dinamarca, el aeropuerto era el de Copenhague-Kastrup (CPH). Para ir desde el aeropuerto a la ciudad cogimos la línea M2 del metro en la terminal 3 y nos llevó directos a nuestro hostal, Urban Sleep.

Así pues, comenzamos con la ruta por Dinamarca. 

DÍA 1. Isla de Møn y Roskilde

Un pequeño fallo que tuvimos al organizar nuestro viaje fue no contratar el coche de alquiler desde España. Una vez allí es posible hacerlo, pero nos llevó un gran rato y además el precio fue más alto que si lo hubiéramos hecho desde aquí.

A pesar de todo, una vez conseguimos nuestro coche con la compañía Sixt, pusimos rumbo a la Isla de Møn, donde haríamos nuestra primera parada.

La isla de Møn se encuentra en el sur de Selandia a unos 150 km. de la capital. El trayecto, sobre todo cuando te vas acercando a las islas del sur y tienes que cruzar el puente para llegar a la isla de Møn, ya es bonito por sí solo. Todo verde y mar. Stege es el pueblo más grande de la isla y su centro neurálgico.

Una vez allí, nosotros fuimos directamente a los Acantilados de Møns Klint, uno de los lugares más llamativos de esta isla y seguramente de Dinamarca, tanto para los locales como para turistas. Se trata de unos acantilados de más de 120 metros desde el nivel del mar y que se extienden a lo largo de 8 km. Pero, además, lo curioso es su color blanquecino debido a su composición (caliza) y la erosión del aire y el mar.

Es verdaderamente espectacular verlos, el paisaje es muy especial, al lado del mar, la brisa, esos barrancos tan altos y de ese color blanco que contrasta con el azul del mar. Y, a pesar de la afluencia de gente, se sigue respirando una sensación de tranquilidad.

Para llegar a los acantilados, nosotros nos acercamos la máximo posible a ellos hasta el parking del Geocenter. Como había bastante gente y vimos que había coches aparcados antes de llegar al parking más cercano, lo dejamos en una especie de parking de tierra y fuimos hasta allí andando. Una vez allí, hay que bajar una gran cantidad de escaleras (más de 300) para llegar a la playa y ver los acantilados. Es algo costoso, pero las escaleras están como por dentro de un bosque de árboles enormes que parece que estés en un cuento, por lo que el recorrido no se hace tan pesado.

Si tenéis tiempo, a lo largo del litoral de la isla hay varios caminos que os darán diferentes perspectivas de los acantilados.

Después de ver los acantilados nos fuimos hacia el Liselund Park: jardines, parques, casas y estanques que datan del siglo XVIII y es una verdadera cucada. Todo verde, con casitas que tienen unas formas muy curiosas, parecen sacadas de cuentos; y parques y bosques preciosos. Para el que decida pasar más tiempo aquí, incluso hacer noche en la isla, alquilar una bici y recorrer todos estos paisajes debe ser precioso y súper relajante.

De vuelta hacia Copenhague, ya casi atardeciendo, llegamos a Roskilde, donde vimos su Catedral, en la que se entierra a la familia real danesa cuando fallecen y que está hecha de ladrillo, lo cual es muy llamativo. Pero sobre todo nos pasamos un buen rato viendo atardecer en el puerto.

Allí se encuentra el Museo Vikingo que alberga los cascos de cinco barcos vikingos del s. XI, que fueron localizados en el fiordo de la ciudad y reflotados en los años 60. Este museo de estilo moderno está situado en un bonito paisaje del fiordo de esta ciudad. Sin embargo, nosotros lo vimos desde fuera porque las opiniones que leímos sobre él tampoco nos animaron mucho a entrar y porque, en el puerto, se encuentran varias réplicas de estos barcos atracados y las vistas al mar con ellos barcos flotando y atardeciendo son verdaderamente preciosas.

De aquí directos al hostal para descansar y prepararnos para el siguiente día por Copenhague.

Si en vuestros planes no está alquilar coche, para ir a la Isla de Møn no hay otra opción, pero sí para ir a Roskilde. Bien puedes ir por tu cuenta en tren perteneciendo esta ciudad a la zona ocho, como explico en el post de preparativos o bien a través de una excursión a Roskilde con Civitatis con el plus de que irás con guía. 

DÍA 2. Free tour en Copenhague y Malmö.

Nuestro segundo día lo empezamos en Copenhague y como siempre que visito una ciudad, lo primero que hice fue un free tour. En este caso elegí la compañía Sandemans que empezaba a las 10 horas desde la plaza del ayuntamiento (Rådhuspladsen) frente a la fuente del Dragón y duraba 2 horas y media.

Pero para el que no os gusten los tours os dejo el recorrido que hicimos:

  • Plaza del ayuntamiento (Rådhuspladsen). Una de las plazas principales de la capital donde destacan: el Ayuntamiento de aspecto rojizo y con la torre del reloj (se puede visitar por dentro con visitas guiadas y ver el reloj astronómico de Jens Olsen, el gran salón principal o subir a su torre y disfrutar de las vistas); la Polotikens Hus (sede de uno de los periódicos más importantes de Dinamarca); la Industriens Hus (edificio moderno acristalado y sede de la confederación de industrias danesas); el hotel Palace (al lado del ayuntamiento y con una torre puntiaguda, aunque más baja que la de aquel); la fuente del Dragón (de bronce y representando aun dragón luchando contra un toro y otros monstruos de la mitología escandinava); la columna coronada por dos músicos tocando el lur (instrumento medieval escandinavo); y la escultura de Hans Christian Andersen (escritos de cuentos infantiles más famoso del país).  
  • Calle Stroget: calle peatonal más larga de Europa que va desde la plaza del Ayuntamiento hasta la plaza Kongens Nytorv, que se encuentra rodeada de edificios históricos como el Teatro Real. En esta calle hay gran cantidad de tiendas desde la famosa de LEGO, las marcas más conocidas y algunas mucho más alternativas. Destacan también las plazas Hojbro Plats o Grabrodretorv.
  • Paseo marítimo Nyhavn: es el canal más famoso de la ciudad lleno de sus casitas de colores. Fue construido en el s. XVII como entrada a la ciudad por mar para los comerciantes que iban a hacer negocios. Durante años fue habitado por prostitutas y marineros. Actualmente casi todas las casitas se dedican al turismo o restauración. En las orillas del canal hay atracados bonitos barcos de madera. Desde aquí se pueden coger los barcos turísticos para dar un paseo por los canales, aunque como ya dije en el post de los preparativos una opción mucho más barata es coger uno de los autobuses acuáticos.
  • Palacio de Amalienborg: residencia habitual durante el invierno de la familia real. Es de estilo rococó y está formado por cuatro grandes edificios que rodean una gran plaza presidida por la estatua del rey Frederick V. Es recomendable venir a este lugar a las 12 de la mañana cuando tiene lugar el curioso cambio de guardia. Horario de visita al palacio: de martes a domingo de 11h a 16h.
  • Casa de la Ópera: en frente del palacio de Amalienborg se puede ver este edificio, especialmente famoso pero también muy controvertido. Tiene una arquitectura muy llamativa y muy moderna y se puede acceder a él a través de unos puentes lo que da una sensación de isla. Se puede visitar con guía, pero solo en inglés. 
  • Iglesia de mármol o de Frederik: templo luterano de estilo barroco y destaca especialmente por su gran cúpula de color verde. Horario de visita a la iglesia: de lunes a jueves y sábados de 10h a 17h. Viernes y domingos de 12h a 17h. Se puede subir a la cúpula para contemplar las vistas de la ciudad, pero el aforo está limitado y el horario irregular: lunes a viernes entre el 15 de junio y el 31 de agosto a las 13:00; resto del año solo sábados y domingos a las 13:00 y a las 15:00
  • Castillo de Rosenborg: antiguo palacio del siglo XVII con un impresionante jardín. Utilizado como residencia del verano del monarca Christian IV. De estilo renacentista. Al lado se encuentra el jardín botánico de Copenhague.

Una vez terminado el free tour, también visitamos esa mañana: 

  • La Sirenita, símbolo de la ciudad de Copenhague. La pequeña estatua está sobre las rocas del puerto, en el parque Langelinie. Basada en un cuento de Hans Christian Andersen. Fue creada por el escultor Eriksen a principios del siglo XX por encargo de la familia Jacobsen, propietaria de la fábrica de cerveza Carlsber que la acabaron donando a la ciudad. Realmente la sirenita no tiene mucho de especial y está a reventar de gente esperando la oportunidad de hacerse una foto con ella, pero supongo que es la turistada que hay que hacer si vas a Copenhague.
  • Antes de llegar a la Sirenita sí que vale más la pena visitar la Iglesia Alban, que es realmente bonita y está rodeada de unos jardines muy bonitos de cerezos que si tienes la suerte de ver en flor, como tuvimos nosotros, es realmente bonito. Al lado de esta iglesia está la fuente de Gefion que representa la historia mitológica de la creación de Selandia: de acuerdo con la saga de los Ynglings, el rey sueco Gylfi prometió a Gefjun el territorio que ella pudiese arar en una noche. Entonces, para poder conseguir el máximo de la tierra prometida, ésta convirtió a sus cuatro hijos en bueyes, y de este modo, el territorio arado fue arrojado al mar danés situado entre Escania y la isla de Fionia.

Después de comer, cogimos una autobús de la compañía Flixbus para ir a la ciudad sueca de Mälmo cruzando el puente de Øresund Salíamos a las 15h. y volvíamos sobre las 21h. (aunque un retraso con el bus nos hizo tener que esperar casi hasta las 22h.). En total nos costó unos 15 euros por persona ida y vuelta.

Como ya explique en el post de los preparativos, nos decantamos por el autobús en lugar de por el tren porque de esta manera es mucho más espectacular cruzar esta maravilla arquitectónica de puente, ya que vas un rato por encima del mar y otro rato, por dentro. Este puente une Dinamarca con Suecia a través del mar, cuenta con unos 16 km y permite el paso de trenes y por carretera. En el caso de que hayáis alquilado coche podréis cruzarlo así, pero hay que tener en cuenta el precio del peaje que ronda por 45 euros.

Una vez en Mälmo estuvimos dando un paseo por la ciudad, solo estuvimos una tarde así que vimos lo más destacado:

  • Iglesia de San Pedro de estilo gótico. Lo que más destaca es la torre de 105 metros. 
  • Stortorget: es la plaza más grande de la ciudad y donde está ubicado el ayuntamiento (Radhuset). Se encuentra ubicado en uno de los laterales de la Plaza Stortorget, se dice que es la fachada más fotografiada de Malmö. También puedes ver la estatua de Karl X Gustav y la Optimistorkestern, escultura muy divertida de una orquesta de músicos.
  • Södergatan: calle principal de la ciudad con gran cantidad de tiendas.
  • Lila Torg. Pequeña plaza que data del Siglo XVI, se encuentra rodeada de edificios de la misma época con fachadas muy bien conservadas, entre ellas está la de la casa Flensburgska, construida a finales del Siglo XVI. Por la noche es muy bonita y tiene mucho ambiente con terrazas y restaurantes. 
  • Jakob Nilsgatan: calle muy fotografiable con casas de diferentes colores. 
  • Kungsparken y Slottsparken: parques con estanques que están comunicados entre ellos ideales para pasear cerca de la zona del centro. En una esquina de Slottsparken se encuentra la biblioteca de Malmö, que cuenta ya con más de 100 años. Al final de la zona verde está el castillo de Malmöhus, el castillo renacentista más antiguo de  toda Escandinavia y cerca de él, un molino de viento, el Slottsmöllan, de estilo holandés que data de 1850. 
  • Turning Torso. Por último, no podíamos irnos de esta ciudad sin ver su edificio más característico. Mide 190 metros y fue diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava. Puede verse desde cualquier punto de la ciudad, aunque está en el barrio Västra Hammen, la parte más nueva de la ciudad y algo alejada del centro. 

Y esta fue nuestra pequeña, pero intensa visita a la ciudad de Mälmo. Después cogimos nuestro autobús y de vuelta a Copenhague para descansar y esperar nuestro tercer día, esta vez para terminar de ver lo que nos quedaba pendiente en la capital de Dinamarca. 

Si tu idea no es viajar tanto por libre, con Civitatis también tienes distintas excursiones a Mälmo.

DÍA 3. Copenhague: Christiania, Kastellet y Tivoli.

Nuestro tercer día por Dinamarca lo comenzamos en el distrito de Christianshanv, el barrio de los canales y especialmente conocido por albergar la ciudad libre de Christiania. Se encuentra en una de las islas artificiales de la ciudad y tiene un estilo que recuerda mucho a la capital holandesa. En un primer momento fue un barrio de clase trabajadora, pero desde la creación de Christiania en los años 70, ha adquirido un aura muy bohemia y se ha puesto muy de moda.

En este barrio, además de la ciudad libre, que será nuestra segunda parada, también visitamos la Iglesia de San Salvador o Vor Frelsers Kirke. Es uno de los mejores miradores de Copenhague, de estilo barroco y destaca por su escalera exterior en forma de caracol.

Y, por supuesto, la parada principal en este barrio era la ciudad libre de Christiania. A pesar de que había free tours para visitar esta curiosa ciudad dentro de Copenhague, nosotros decidimos hacerlo por nuestra cuenta, eso sí, si lo hacéis así, seguid las normas de la comuna, como, por ejemplo, no hacer fotos en determinados lugares.  

Seguramente de Copenhague fue la zona que más nos sorprendió y probablemente que más disfrutamos. Es un estado dentro de un estado, donde no se reconocen las reglas de la Unión Europea, es más al salir te avisan que estás entrando a la Unión Europea, tienen su propia organización, son autosuficientes y supuestamente no entra la policía danesa, puesto que no está regida por sus reglas, sino por las suyas propias, aunque esto siempre ha producido conflictos.

Todo empezó en 1971, cuando varios padres ocupan este lugar para jugar con sus hijos y se va transformando poco a poco en un movimiento político que rompe con la forma de vivir de Dinamarca. El movimiento social Provo propuso adjudicarse este espacio para poner en práctica una comuna basada en sus principios. Provo nace en Holanda como movimiento de influencia anarquista que, desde el humor y el pacifismo, ataca las estructuras tradicionales del Estado y propone medidas como la legalización de la marihuana o la lucha contra la contaminación. Hasta el año 2004, era legal la venta y consumo de marihuana, aunque ahora cuando paseas por la calle Pusher Street, guarda tu cámara, no hagas ninguna foto (verás carteles que te avisan de ello) y podrás ver como sigue funcionando este negocio de una manera muy organizada y con sus respectivos puestos de venta.

En el resto de la ciudad sí se pueden hacer fotos, nosotros nos hartamos, aunque muchas veces preguntando a los dueños de las casas y locales (todos ellos súper amables), es una sitio muy fotografiable. Tiene además puestos de comida y pequeñas tiendas de recuerdos y ropa. Y lo mejor es su ambiente alternativo, sus pinturas y graffitis, su forma de vivir, su sala de skate… Recomiendo pasar un buen rato paseando por aquí, disfrutando de todos sus rincones, de su colorido; es un lugar estrambótico y llamativo, no me sorprende que sea el segundo más visitado de toda Dinamarca.

No muy lejos de aquí, está el palacio de Christiansborg, de estilo neobarroco y actual sede del Parlamento. Dentro se puede disfrutar de su torre, la más alta de Copenhague,y por tanto, con unas vistas espectaculares, el Salón del Trono y el de Terciopelo. Una de las cosas más llamativas es que en su interior acoge los tres poderes del estado: legislativo, ejecutivo y judicial, puesto que además del Parlamento, podemos encontrar las principales oficinas del Primer Ministro y el Tribunal Supremo. En cuanto a los horarios para visitarlo por dentro: Salón del Trono: todos los días de 10:00-17:00 (cerrado todos los lunes entre abril y octubre y los días 24, 25 y 31 de diciembre hasta el 8 de enero y 6 y 20 de junio y 4 de julio); ruinas: todos los días de 10:00-17:00 (cerrado todos los lunes entre abril y octubre); caballerizas: todos los días de 13:30-16:00 (cerrado los lunes entre abril y octubre), salvo en julio que abre todos los días de 10 a 17; Parlamento: entrada gratis durante las sesiones parlamentarias (si no, solo puede entrarse con visita guiada). El precio para el resto de sitios varía según lo que queráis visitar y si es entrada ordinaria, para estudiantes o para niños.

Nada más comer, nos dirigimos a otra zona de la ciudad que ya habíamos visitado, la de la Sirenita, pero para recorrer la Fortaleza Kastellet, que el día anterior habíamos dejado pendiente por falta de tiempo, puesto que teníamos que coger nuestro autobús a Mälmo.

La Ciudadela de Kastellet es una fortificación construida por Christian IV para proteger el puerto. Tiene forma de estrella, es de las más antiguas de Europa y está muy bien conservada. En la actualidad cumple la función de parque público al mismo tiempo que área miliar para la guardia danesa y otros cuerpos. Es un parque precioso, con gran cantidad de detalles muy bien cuidados, estatuas, monumentos, antiguos cañones… Destaca también un precioso molino de viento de estilo danés.

Después, de camino al Tivoli, hicimos una parada en la Iglesia ortodoxa de St. Aleksander Nevsky, que destaca tanto por su fachada a rayas como por sus cúpulas doradas. 

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Y, para terminar la tarde, fuimos a los Jardines del Tivoli, uno de los parques de atracciones más antiguo del mundo, abrió sus puertas en  1843. Está lleno de montañas rusas, carruseles, autos de choque…, además de restaurantes, tiendas y demás. Pero realmente, en mi opinión, no hay que ir tanto por las atracciones (actualmente se ha avanzado tanto en este tema que claramente queda desfasado), sino por su esencia, por ser un parque de atracciones tan antiguo, diferente a cualquiera que hayáis podido ver, con una iluminación y un ambiente precioso, sobre todo por la noche. Recomiendo ir un poquito antes de que empiece a atardecer y disfrutar del encendido de las luces. Eso sí para lo que es lo considero algo caro: 17,40 euros por personas solo por entrar, para poder acceder a las atracciones cada una tiene su precio. El horario de visita es de domingo a jueves de 11h a 23h entre abril y septiembre. Los viernes y sábados cierra a las 00:00h. Es recomendable comprar las entradas con antelación, aunque nosotros las compramos ese mismo día y no tuvimos problemas, pero nunca se sabe.

Y así termina nuestro tercer día por Copenhague.

DÍA 4. Castillos de Helsingor y Fredericksborg. Parque Superkilen.

Para el último día dejamos las visitas a dos castillos que están fuera de la capital pero de fácil acceso a través de los trenes de cercanías. Para eso compramos el billete de 24 horas que permite coger todo tipo de medios de transporte por todas las zonas y que, por tanto, también nos llevaría al aeropuerto al final de la tarde (todo esto está explicado en el post de los preparativos). El precio es de 17,30 euros, pero sale rentable porque con él fuimos a ver dos castillos en diferentes ciudades, nos movimos por Copenhague y luego fuimos al aeropuerto.

El primer castillo que visitamos es el de Helsingør, el castillo Kronborg. Es uno de los principales castillos de Dinamarca y especialmente conocido porque en él Shakespeare ambientó Hamlet . Se encuentra frente a la costa de Suecia, de la que está muy cerca. Es de estilo renacentista. Es posible su visita al interior, aunque no es imprescindible; el entorno en el que está situado el castillo ya es precioso.

Si disponéis de tiempo suficiente también es interesante visitar la ciudad de Helsingør. Es curioso que una buena parte de las tiendas de la ciudad, especialmente las más cercanas al puerto y la estación de ferrocarril, son tiendas de venta de alcohol y licores. La razón es que, durante años, los suecos de las ciudades del otro lado del estrecho viajaban a Dinamarca sólo para comprar bebidas, debido a los elevados impuestos al alcohol que tenían en su país.

Después nos dirigimos hacia la ciudad de Hillerød y su espectacular castillo de Frederiksborg. Se trata de un imponente castillo de estilo renacentista, de ladrillo rojo, construido en tres islotes del lago Slotssoen. Tal y como lo vemos ahora fue mandado construir por Christian IV. Está formado por tres grandes alas (del Rey, de la Capilla y de la Princesa) y todas sus esquinas son rematadas por una torre (la torre Mønttårnet, en el sector oeste, la torre Jægerbakkettårnet, en el este, la torre de la capilla es la más alta e impresionante, pues su parte superior está recubierta de cobre y decorada con esferas doradas y obeliscos; y otras dos más de planta redonda, mirando ambas hacia el islote central).

En el exterior hay diferentes esculturas de dioses clásicos, entre las que destaca la fuente de Neptuno, en bronce, aunque realmente la que se encuentra aquí es una replica de la original que está en Suecia (los suecos la cogieron cuando asediaron el castillo en 1659).

Por dentro debe ser espectacular, nosotros no pudimos entrar por falta de tiempo, pero poder disfrutar del castillo por fuera y de los jardines que tiene alrededor ya fue una maravilla, además están abiertos al público de forma gratuita. Están lleno de cascadas, de naturaleza, de caminos por los que pasear…

Al igual que en el resto de actividades, si estáis más cómodos viajando con guías y no por libre, Civitatis os presenta una gran cantidad de posibilidades para ver estos castillos. 

Como algo extra, me empeñé en ir al parque Superkilen, en Copenhague, para lo que tuvimos que hacer malabares para poder llegar a tiempo luego al avión. Está estructurado en tres zonas: roja, verde y negra. Nosotros fuimos a la negra y lo que tiene de especial es las diferentes líneas trazadas en el suelo y la posibilidad de hacerte fotos muy divertidas.

Y de ahí de vuelta corriendo (como siempre) al aeropuerto en metro (línea M2). Nuestro vuelo salía a las 20.20h.

Y hasta aquí la ruta por Dinamarca en 4 días, un país que me sorprendió realmente y al que tengo muchas ganas de volver y poder visitar, sobre todo, la Isla de Fionia y Jutlandia.

Si tenéis alguna duda sobre qué saber o hacer antes de viajar a Dinamarca, no dudes dejarme un comentario o contactar conmigo a través del cuadro de contacto de la página de inicio. 

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Nos vemos en la siguiente postal.

M.

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